Tras recorrerme la zona del Pacifico y del interior marché hacia la costa Atlántica buscando el sabor Caribeño!
El viaje en autobús de Cariari a la Pavona (de donde salen las barcas hacia Tortuguero) es digno de contar, pues fue como viajar en RyanAir. El conductor iba parando a cada rato para hacer sus recados, hablar con amigos o facilitar la tarea a los vendedores. Además de las paradas de rigor para que se suban y bajen los pasajeros, al cuarto de hora de partir el conductor hizo SU primera parada en la que le dieron una caja de cartón con un conejo vivo y una bolsa de plástico con ropa ¿? a los diez minutos se detuvo de nuevo para que una camarera que le estaba esperando le subiera un café con unas galletas de las que fue dando buena cuenta por el camino, la siguiente parada fue en una soda para que el dueño subiera con refrescos, empanadas y demás ofreciéndoselo a los pasajeros, por supuesto esperamos a que recorriera todo el autobús, la gente hiciera sus compras y se bajara, al rato paro a darle la caja con el conejo y la bolsa a una mujer, en otra se subió un chico vendiendo queso fresco y la última fue para quedar con un amigo el sábado pues el resto del fin de semana lo tenia ocupado (me enteré de toda la conversación pues iba sentada en la primera fila) y por fin llegamos al embarcadero !!!
El viaje en autobús de Cariari a la Pavona (de donde salen las barcas hacia Tortuguero) es digno de contar, pues fue como viajar en RyanAir. El conductor iba parando a cada rato para hacer sus recados, hablar con amigos o facilitar la tarea a los vendedores. Además de las paradas de rigor para que se suban y bajen los pasajeros, al cuarto de hora de partir el conductor hizo SU primera parada en la que le dieron una caja de cartón con un conejo vivo y una bolsa de plástico con ropa ¿? a los diez minutos se detuvo de nuevo para que una camarera que le estaba esperando le subiera un café con unas galletas de las que fue dando buena cuenta por el camino, la siguiente parada fue en una soda para que el dueño subiera con refrescos, empanadas y demás ofreciéndoselo a los pasajeros, por supuesto esperamos a que recorriera todo el autobús, la gente hiciera sus compras y se bajara, al rato paro a darle la caja con el conejo y la bolsa a una mujer, en otra se subió un chico vendiendo queso fresco y la última fue para quedar con un amigo el sábado pues el resto del fin de semana lo tenia ocupado (me enteré de toda la conversación pues iba sentada en la primera fila) y por fin llegamos al embarcadero !!!
Para llegar hasta Tortuguero, hay que atravesar un maravilloso sistema canales rodeado de selva, el recorrido dura una hora aproximadamente, es muy hermoso y relajante.
El pueblo cuenta solo con unos 50 habitantes y la mayor parte de ellos trabajan en el parque o como guias para llevar a pequeños grupos de visitantes a la playa en la época de anidamiento. El principal motivo para la creación de este parque fue la protección de la tortuga verde, ya que es en estas playas donde prefieren desovar durante los meses de Julio a Octubre.
La visita se hace cuando ha caído el sol, pues estos animales escogen la tranquilidad de la noche para poner los huevos. Nosotros salimos a las diez un día de luna nueva, es decir, no se veía nada! y no están permitidas las linternas dado que son muy sensibles a la luz y cualquier señal que interpreten como peligrosa les hace regresar al mar. Únicamente nuestra guia llevaba una linterna con una luz roja de escasa luminosidad que encendía cuando creía ver una. O sea, caminábamos a oscuras uno detrás de otro intuyendo el camino, a mi esta situación me producía cierto agobio pues pensaba que en cualquier momento podíamos pisarlas :o( pero cuando nos cruzamos con la primera me di cuenta de lo ridículo de mi preocupación, son enormes, más bien nos tropezaríamos con ella.
Durante la noche vimos un total de cuatro tortugas, la primera que nos cruzamos iba de regreso al agua después de haber desovado, a otra la vimos subir en busca de un sitio donde anidar, caminaba muy despacio haciendo frecuentes paradas para descansar por lo que seguimos caminando y vimos a otra a la que debimos asustar pues a los pocos metros se dio media vuelta y regresó al mar, a la última la vimos durante el desove, nos colocamos a su lado como a medio metro para ver bien todo el proceso. Al parecer mientras están desovando entran en una especie de trance y no las molesta que estemos tan cerca. Cuando han decidido el lugar donde van a poner sus huevos, siempre en una zona de la playa con arena seca, construyen un nido bajo su cuerpo con sus patas delanteras. Posteriormente, con sus aletas traseras, excavan un agujero profundo, donde depositan unos huevos gelatinosos que va soltando de cuatro en cuatro, hasta llegar a los 90 aproximadamente (de los cuales solo llegan a la edad adulta un 1%). Tras un merecido descanso por el esfuerzo, las tortugas entierran los huevos con las aletas traseras hasta que el nido queda completamente camuflado y regresan al océano. Todo el ritual puede durar unas dos horas.
Nota.- Como les perturba mucho el destello de los flashes, no tengo fotos de este espectáculo tan asombroso pero he incluido imágenes de internet.
Aquí solo pasé una noche, luego me fui a Cahuita, un encantador pueblo que limita con el Parque Nacional del mismo nombre, conocido por el arrecife de coral vivo que posee a lo largo de su costa de arena blanca y terminé mi incursión caribeña en Puerto Viejo, media hora más al sur, un lugar perfecto para relajarse unos días al tener muy cerca la playa de Manzanillo, un paradisiaco lugar.